viernes, 9 de abril de 2010

Fármacos para el cerebro.

JUAN JOSE RUIZ SANCHEZ * JUAN JOSE IMBERNON GONZALES **
* Psicólogo Clínico
** Psiquiatra
ESMD-UBEDA, Julio de 1996


7. MEDICACION Y TERAPIA COGNITIVA

Ante determinados trastornos emocionales es deseable, y hasta necesario el uso de medicación, prescrita por un médico experto. Este es el caso de los trastornos depresivos graves con gran inhibición o agitación ansiosa, las crisis de ansiedad, los trastornos psicóticos (que hacen que la persona pierda el contacto con la realidad circundante y elabore su propio mundo "delirante") y otros trastornos. Por supuesto que en estas situaciones el tratamiento psicológico también es útil, y a veces hasta necesario. Los dos tipos de tratamiento suelen combinarse en la mayoría de los trastornos emocionales, sobre todo cuando adquieren un grado de gravedad o duración considerable. Esta es la principal razón que lleva a los servicios de salud mental a estar formado por equipos "multidisciplinarios" (psiquiatra, psicólogo, asistente social, enfermeros...).

A pesar de esta necesidad, en muchos casos los pacientes son reacios a tomar la medicación indicada por diversos motivos. Esto lleva a empeorar la evolución de los trastornos, y con frecuencia a crear una mala relación con el terapeuta.

El psiquiatra cognitivo, Beck (1979) ha detectado una serie de pensamientos automáticos y creencias de los pacientes que llevan a un mal seguimiento de la medicación. Aquí hacemos una lista de ellas y ofrecemos una serie de argumentos, siguiendo la terapia cognitiva, que pueden ayudar a corregirlas. De hecho la terapia cognitiva puede ayudar a un mejor seguimiento de la medicación.

Agruparemos los pensamientos automáticos que interfieren el seguimiento de la medicación en dos apartados: Pensamientos acerca de la medicación antes de empezar a tomarla, y Pensamientos acerca de la medicación mientras se está tomando.
A) Pensamientos acerca de la medicación antes de empezar a tomarla:

1. "La medicación crea adicción".

Respuesta: Quizás usted haya observado a alguna persona conocida con problemas para dejar una medicación, o que ante un determinado problema emocional "no puede pasar sin tomar unas píldoras". Ciertamente este problema existe. Hay personas que se han habituado a emplear la medicación con exceso, y se les hace difícil pasar sin ella. Son personas con un problema de drogadicción. Sin embargo es habitual que estas personas no hayan seguido correctamente las indicaciones de su médico, o que hayan aprendido a mejorar sus síntomas solo con la medicación, refugiándose en ella, sin dar oportunidad a desarrollar otras habilidades. Una persona que sigue las indicaciones de su médico, que le pregunta a este sus dudas sobre su enfermedad y tratamiento (forma parte activa del tratamiento) y que desarrolla otras habilidades de afrontamiento (terapia cognitiva u otra psicoterapia), es poco probable que tenga problemas de adicción con la medicación.

2. "Soy más fuerte si no necesito las medicinas".

Respuesta: ¿Que quiere decir usted con ser más fuerte? Quizás usted cree que es de débiles pedir ayuda para abordar un trastorno emocional. Esta idea, por suerte, está cambiando y las personas piden más activamente ayuda psicológica o psiquiátrica por su propia iniciativa. Quizás usted esté polarizando entre "Fuerte contra Débil" y pueda comprobar que la fortaleza o el orgullo personal son una cuestión de grado, no una cuestión de todo o nada. Tenga en cuenta que las personas que piden ayuda son porque antes por sus propios medios no han resuelto sus problemas, ni siquiera recurriendo a sus amistades. Usted puede comprobar directamente que pedir ayuda no le despoja de su dignidad personal. Es más usted puede aprender a "ser más fuerte" a la hora de manejar sus problemas emocionales.

3. "Soy mas débil por necesitar la medicación".

Respuesta: Es la misma que la anterior. Además usar la medicación no le va a impedir el desarrollo de nuevas habilidades. Es más, incluso las facilitará. Una persona deprimida se puede creer débil e incapaz en forma extrema. La medicación puede ayudar a mejorar su estado corporal y anímico, y facilitar por ejemplo el desarrollo de una terapia cognitiva, que en una situación de depresión extrema se haría casi imposible.

4. "La medicación no me ayudará".

Respuesta: ¿En qué cree que no le ayudará? Primero tendría usted que aclararse lo que espera de una medicación. Evidentemente la medicación no le va a ayudar a resolver un problema económico o un conflicto conyugal o familiar de manera directa; pero si puede hacerlo de manera indirecta. Si usted está excesivamente alterado emocionalmente, estos problemas prácticos los va a enfrentar peor, con peor disposición. La medicación puede entonces ayudarle a mejorar su disposición (pie el estado anímico, mejor sueño o apetito, menor fuerza de las preocupaciones que no le dejan pensar mejor...etc).

5. "Si no tomo la medicación, significa que no estoy loco".

Respuesta: Por desgracia todavía existe en parte de la población, cada vez menos, la idea de que cualquier persona que toma medicación para un trastorno emocional está loca. En realidad la medicación psicofarmacológica está indicada en muchos problemas emocionales, entre ellos las psicosis (locura). El no tomar la medicación no cambiará el trastorno emocional, es más puede agravarlo. No todos los trastornos emocionales necesitan de medicación, algunos se resuelven mediante tratamiento psicológico solo, otros necesitan además de la medicación. Si no toma medicación solo significa que usted tiene miedo a tomarla y ser perjudicado por ella o que le tiene miedo "al qué dirán". Ambos problemas pueden resolverse, informándose sobre la medicación y aprendiendo a afrontar las críticas siguiendo algunas pautas psicológicas, entre las que está las de la terapia cognitiva.

6. "No podré soportar los efectos secundarios”.

Respuesta: Muchos de los medicamentos tienen efectos secundarios, a veces generales y otras particulares. El médico le aconsejará como resolverlos. Tenga en cuenta de que su médico explorará las posibles incompatibilidades de su tratamiento. Tampoco está de más que usted le pregunte abiertamente sus dudas. Afortunadamente cada vez se están creando medicamentos con menos efectos secundarios. Aunque este suele ser un temor común, la experiencia demuestra que los efectos secundarios son tolerados cuando se les expone al médico y este indica cómo manejarlos.

7. "Nunca podré dejar de tomar la medicación si empiezo a tomarla”.

Respuesta: la mayoría de los trastornos emocionales reciben una medicación por un tiempo determinado (en general no más de 6-8 meses). Hay otros trastornos más graves (como las psicosis) que necesitan periodos de medicación más largos, incluso de por vida. Tenga en cuenta que estos trastornos representan un porcentaje minino de los trastornos emocionales (apenas de 1-5% aproximadamente); e incluso un alto porcentaje de ellos puede remitir y dejar la medicación. Desde luego, en el caso de estos trastornos los beneficios de tomar la medicación son mucho mayores que de no tomarla.

8. "No hay nada que necesite hacer, solo tomar las medicinas".

Respuesta: Es raro que un problema emocional se resuelva solo en base a medicación. Si usted tiene conflictos con otras personas o con usted mismo, haría mejor en aprender algunas habilidades psicológicas como las de la terapia cognitiva o incluso en seguir una terapia con un psicólogo o psiquiatra experto en ellas. Las medicinas son necesarias en muchos casos, pero por si solas suelen ser insuficientes .Ayudan en el abordaje de síntomas incapacitan tés y de carácter agudo, incluso pueden eliminarlos. Su limitación es que ninguna pastilla enseña a una persona a cómo manejarse con sus dificultades, aunque sí que puede ayudarle a tener "mejor disposición" a modificar su experiencia.

9. "Solo necesito tomar las medicinas en los días malos".

Respuesta: El tomar la medicación solo en los días que tenga malestar le va a perjudicar. El efecto de la medicación es acumulativo, produciendo una modificación progresiva del organismo. Si usted la toma solo ciertos días, está impidiendo ese efecto acumulativo, y por lo tanto es muy probable que tenga aún mas días malos.
B) Pensamientos acerca de la medicación mientras se está tomando:

1. "Después de varios días o semanas no he mejorado, la medicación no me sirve".

Respuesta: La mayoría de la medicación recetada para los trastornos emocionales suele tener un efecto notable aproximadamente a las dos o tres semanas de tomarla, por su efecto de modificación gradual del organismo. Por regla general suelen modificar primero los síntomas más corporales (sueño, apetito...) y después los de carácter mas psíquico (preocupaciones, estado anímico...). Se puede, por supuesto dar el caso de que su estado anímico general no mejore con la medicación tras un periodo razonable. En este caso quizás existan otros factores que deban ser abordados con otras medidas psicológicas o sociales. No todos los problemas son solucionables con los mismos métodos. Comunique a su terapeuta su evolución, este decidirá si es deseable un cambio de medicación o incluso otro tipo de intervención. Es deseable que su papel sea activo en el tratamiento, y que le pregunte a su médico porqué le manda un determinado tratamiento y lo que cabe esperar del mismo. Eso le evitará falsas esperanzas y le clarificará que otros problemas necesitan de otras decisiones ajenas a la sola toma de una medicación.

2. "Debería sentirme totalmente bien con la medicación”.

Respuesta: Es poco habitual que exista un estado de "totalmente bien". Quizás usted se refiera a estar al menos como antes del inicio de su malestar. Tenga en cuenta que la medicación le puede ayudar a mejorar determinados síntomas, pero que quizás a raíz del inicio de sus dificultades hayan aparecido otros problemas que no son resolubles solo con medicación (pie conflictos conyugales). Toda terapia razonable le puede ayudar a manejar mejor sus problemas; pero si alguien le ofrece la panacea de resolver todos sus problemas y estar perfectamente bien, tendrá motivos para sospechar de las "curas mágicas”. No existe una cura para todo. En ocasiones, incluso habrá que aprender a convivir con ciertos problemas, como es el caso de ciertas enfermedades incurables.

3. "Las medicinas resolverán todos mis problemas".

Respuesta: Similar a la anterior. Las medicinas solo podrán resolver ciertos problemas, sobre todo los de carácter físico, y ciertos síntomas anímicos o psíquicos. Otros problemas requerirán de otros tratamientos, e incluso habrá problemas para los que no encuentre solución. Insistimos: no existe el tratamiento absolutamente perfecto. La mayoría de los tratamientos tienen indicaciones precisas. Fuera de esas indicaciones están sus limitaciones. Infórmese con su terapeuta, preguntándole para qué tipo de problemas está indicado el tratamiento que le siguiere, y cuál es el papel deseable que usted debe tener en él.

4. "Si las medicinas no resuelven todos mis problemas, ¿entonces para que me sirven?".

Respuesta: lea la respuesta del punto anterior.

5. "No puedo soportar los mareos y otros efectos secundarios".

Respuesta: La mayoría de los efectos secundarios desaparecen con el tiempo o son modificables con el ajuste de las dosis u otras indicaciones médicas o psicológicas. Quizás usted se refiera a que son muy molestos y desagradables. Si ese es el caso pregunte a su terapeuta de que puede aprender a hacer para manejar los síntomas secundarios. Es mejor aprender a manejarlos que dejar la medicación antes de que le pueda ser de ayuda.

6. "La medicación me hace sentir como un autómata".

Respuesta: La medicación puede producir cierta somnolencia o sedación, efectos que suelen desaparecer gradualmente a lo largo del tratamiento. Solo si usted utiliza la medicación por su cuenta, sin atenerse a lo indicado, se arriesga a estar excesivamente somnoliento o sedado; o si la mezcla con alcohol u otras drogas. Solo si usted padece un trastorno emocional intenso o grave podrá sentirse con cierta perdida en su capacidad de autocontrol personal; y la medicación se prescribe precisamente para reducir su malestar emocional, y por lo tanto para que usted se sienta menos autómata.

Si usted tiene alguna preocupación o duda respecto a la medicación no deje de planteársela a su terapeuta. Usted tiene derecho a informarse. Su médico debe de informarle de ello. Aclarar las dudas con su médico fomentará una mejor relación terapéutica y le será beneficiosa en su evolución.

Psicología de la vejez. Otra etapa de la vida.

Salud
Los cambios psicológicos en la vejez, por Sergei Munih

El perfil psicológico del anciano ha sido descrito siempre desde una perspectiva negativa. El declive físico que el adulto comienza a padecer cuando se acerca a la edad senil, parece corresponderse también con su deterioro psicológico.


La melancolía, el egoísmo, la falta de memoria para los hechos recientes, la tozudez, el autoritarismo, la desconfianza, son rasgos que aparecen comúnmente en muchos de nuestros ancianos, pero no todos ellos pueden atribuirse únicamente a la edad.

Es cierto que con la edad algunos de los rasgos que nos han caracterizado durante toda nuestra vida parecen salir a relucir con más fuerza, por que de hecho cada uno tiene la vejez que le corresponde conforme ha sido su vida.

Nada se improvisa.

El viejo huraño ha sido sin duda un joven desconfiado y poco sociable. El viejo egoísta lo ha sido también en mayor o menor grado de joven.

No podemos ocultar el declive físico tiene una gran relación con esa evolución de las personalidades en la vejez.

Las modificaciones físicas, intelectuales y sociales que comporta modifican así mismo la percepción que cada uno tiene de sí mismo. "Las fuerzas ya no me acompañan como antes." "Hacer cualquier cosa me cuesta cada vez más". "No contéis conmigo ya para eso. No estoy para esos trotes".

Esto incide a una mayor inseguridad de la persona y que se produzca una cierta ansiedad en su personalidad si ve con angustia ese cambio.

Algunos de los rasgos comunes que acompañan a muchos de los ancianos es la rigidez en sus conductas cada vez más incapaces a adaptarse a los cambios, y la consiguiente introversión que esto produce.

El anciano "desconecta del presente", se refugia en el pasado donde fue feliz y renuncia si quiera a ejercitar su memoria más reciente. No presta atención, no le interesa.

A la mayoría de los ancianos solo les preocupan algunos temas concretos como son los religiosos, la muerte, el paso del tiempo, la salud y...el dinero.

Es conocido el amor de los ancianos por el dinero. Es comprensible. Ante una sociedad percibida cada vez como más agresiva por ellos y paralelamente una debilidad física más patente, el dinero da al anciano seguridad.

El que no tiene dinero lo vive con angustia: "¿Qué será de mí el día de mañana?"

El que tiene un poco, lo guarda con avaricia como un seguro de vida.

El que tiene mucho juega con él, para conservar su poder sobre los demás. La literatura está llena de viejas ricas que juegan con su dinero haciendo y deshaciendo testamentos, legando sus bienes a instituciones religiosas y desheredando sobrinos.

En general, el sexo femenino es consciente más pronto de su envejecimiento que el masculino. Muchas mujeres viven con angustia los cambios físicos y estéticos que el envejecimiento produce en su organismo. Estos mismos cambios son percibidos, en general, más tarde por el sexo masculino.

De todas maneras todo esto no son sino generalizaciones que poco tienen que ver con la vejez en cada persona concreta. Cada cual es de una manera distinta y vive su envejecimiento de una manera diferente.


VEJEZ:
La importancia de lo posible
Lic. Emilce Braverman, psicóloga
Karina Pierella, terapista ocupacional

A lo largo de la historia la concepción de la vejez fue tomando distintos matices. Los criterios siempre estuvieron en relación a las distintas culturas.

Para los orientales y los pueblos primitivos el viejo era quien poseía el saber y por lo tanto era respetado en pensamientos y actos.
En nuestros días la cultura light se encargo de encasillar "lo viejo" como sinónimo de desechable, aquello que ya no sirve como antes por lo tanto es dejado de lado, tirado, para poder abocar la atención a aquellas cosas que en
apariencia pueden ser de mayor utilidad.

Actualmente la ciencia nos brinda clara evidencia de que la vejez se ubica dentro de los procesos normales de la vida, un ciclo vital en la dinámica evolutiva.

Ahora bien, más allá de las meras descripciones y cuestionamientos que podamos hacernos a cerca del envejecimiento normal o patológico es valido aclarar que no necesariamente se registran en esta etapa una sucesión de perdidas en las esferas biopsicosociales, que impliquen discapacidad.

Sabemos que ciertamente existen en primera instancia cambios físicos experimentados objetiva y subjetivamente, deterioro y/o enlentecimiento en las funciones cognitivas que traen aparejadas distintas problemáticas y en cuanto a lo socioafectivo, si partimos de la connotación negativa de la jubilación, la falta de inserción y la desaparición física de los pares, se abre una puerta que contiene sentimientos de inseguridad, soledad e invalidez.

Como trabajadores de la salud consideramos que aun habiendo un fuerte deterioro podemos implementar diferentes herramientas y estrategias en forma interdisciplinaria para sostener la calidad de vida, optimizando recursos y retrasando la declinación y los desarrollos patológicos.

Es de suma importancia focalizar en aquellas creencias que asimilan la identidad solamente a lo que se realizó en la vida coartando así la posibilidad de disfrutar de un nuevo tiempo de esparcimiento e iniciación de nuevas actividades.

Dejar de lado lo que ya NO SE ES para dar paso a lo que SE ES como persona teniendo en cuenta habilidades, intereses, inquietudes y/o experiencia. Sostenemos que el impedimento de realización de algunas cosas no nos limita en términos generales.


TRES ESFERAS DE TRABAJO POSIBLES:

1. Favorecer que a edades más avanzadas se puedan mantener los mismos niveles de autonomía y fomentar otros estimulando las áreas cognitivas y la funcionalidad. Analizando el estado funcional, discapacidad, independencia y condiciones físicas entre otros.
2. Instalada la declinación física y/o demencia poder adaptarse a la disfunción potencializando recursos. Se utilizan dos enfoques terapéuticos:
- Promoción de actividades diarias generadoras de satisfacción y sentido de bienestar.
- Prevención de accidentes en el hogar.
3. Como tercer área proponemos apuntar a la rehabilitación y restablecimiento de distintas funciones y aspectos. Un ejemplo puede situarse en modificar el medio ambiente del anciano permitiéndole llevar a cabo actividades de forma lo más independientemente posible.


Es importante aclarar que lo concerniente a los aspectos específicamente psicoterapéuticos son directamente dependiente de las funciones cognitivas, restringiéndose el campo de acción individual en caso de deterioro severo, con posibilidad de realización de entrevistas de orientación familiar.
Cada una de estas esferas pueden abordarse en forma individual, grupal o familiar a fin de permitir la reafirmación o reformulación del sentido de vida.


"La Vejez, hoy"

Así, anciano alerta,
no te dejes entristecer;
a pesar de tus cabellos blancos
todavía podrás amar".
Simón de Beauvoir, en 1970, cita a Goethe

Desde hace varios años, los que nos dedicamos al tema "vejez", sabemos que la misma, no es una "enfermedad inhabilitante", sino, que la ubicamos como un "proceso" que se inicia con la vida; que es un tránsito obligado en nuestro propio devenir.
Pensar en el paso del tiempo, en que alguna vez seremos "viejos" (o adultos mayores), o lo que son o serán nuestros padres (en el mejor de los casos), nos resulta doloroso y tendemos a negar esta idea.
Aceptar la vejez, nos enfrenta con una herida profunda, en relación a nuestro narcisismo, por cuanto, existen funciones que se van restringiendo (sensoriales, mo-toras, memoria, lenguaje, etc.) Pero asumirlas, aceptarlas y adecuarse a este momento de la vida, dependerá, en gran medida, de la personalidad previa del anciano, y por supuesto, del acompañamiento familiar, social, cultural y político-económico.
En este espacio, nos interesa señalar, que hoy, la vejez puede ser mirada, como una etapa más productiva y creativa, "más saludable", re-valorizando la experiencia adquirida, a pesar, de las pérdidas y duelos que inevitablemente, serán necesarios atravesar.
Esos duelos tendrán que ver, con aceptar el dolor que implica los cambios que se producen en el cuerpo, en su identidad (por el incremento de la dependencia en relación a los otros), por la perdida de la pareja, los amigos, la jubilación, los hijos que se casaron y se fueron. Por el balance que se tiende a realizar, cuestionándose valores, frustraciones y logros alcanzados.
Por ello, suelen "apegarse o despegarse, desarraigarse", a los recuerdos, a ciertos objetos materiales. Llaman la atención para ser tenidos en cuenta, para no ser olvidados o "depositados".
Sin embargo, hoy, es posible observar, cómo "los viejos" activan intensamente, y encuentran espacios satisfactorios (coros, conciertos, conferencias, reuniones so-ciales, espacios laicos o religiosos, etc.); sintiendo que "se puede" envejecer con dignidad, y más comprometidos emocionalmente.
Insistimos, valorizar la experiencia acumulada de vida, posibilita hasta pensar en "el tema de la muerte" con mayor calma y tranquilidad; posibilita redistribuir las propias reservas y recursos, que tal vez, este sujeto humano ignoraba de su existencia.
A través de nuestra labor clínica, observamos, que las formas de envejecer, no es una sola, sino, que son tantas, como diferentes personalidades hay. Sin embargo, en ninguna otra etapa de la vida, como en ésta, está tan presente el tema de la muerte, como ruptura de vínculos y pérdidas.
A modo de ejemplo, de cómo es posible envejecer satisfactoriamente, permaneciendo ligado al mundo exterior y a sus propios "de-seos", presentamos el testimonio de un creador, Sig-mund Freud (1856-1939), de origen austríaco, nacido en Friburgo, creador del psicoanálisis.
Huyendo de la persecución nazi, falleció de cáncer en Londres. En 1923 se detectaron los primeros síntomas de la enfermedad; por entonces Freud consideró su muerte próxima, pero ello no le impidió trabajar intensamente en la redacción de libros, monografías y atender a sus pacientes, evitando así el naufragio depresivo. Conservó su lucidez hasta el último momento.
Ernest Jones (contemporáneo y autor de una excelente biografía sobre Freud) expresó en su oración fúnebre aquella serenidad de Freud frente al desenlace final de la vida humana.
"Si hay un hombre del que se puede decir que conquistó a la misma muerte y que sobrevivió a despecho del Rey de las Tinieblas, que a él no le inspiró ningún temor, ese hombre es Freud" – (1957).
Jean Guillaumin (1987) destacó de qué manera la elaboración de la muerte sostuvo en Freud "la dinámica creativa de la vida", permitiéndole una conducta casi heroica ante el sufrimiento de la muerte. De este modo pudo convertirse en una figura apta para señalar a los demás el camino de la serenidad.
Para Freud es esencialmente el trabajo del pensamiento el que permite mo-derar el temor y la rebeldía ante lo irremediable, y so-meterse a esto sin caer en la depresión y sin perder la lucidez. Considera que la vida humana vale la pena de ser vivida – "la vida no es tan bella, pero sin embargo, es todo lo que tenemos" decía, y que puede hacerse más satisfactoria siempre que el hombre reconozca y acepte sus límites.
"Freud no cesó nunca de amar" nos dice Max Schur (su médico) "...anudó nuevos vínculos y reforzó los más antiguos...". Afirmó: "...con las personas viejas debe uno tenerse por contento cuando la balanza se equilibra poco más o menos entre la inevitable necesidad de un reposo final y el deseo de disfrutar todavía un poco más el amor y la amistad de los seres cercanos" –(S. Freud. Carta a Jones, en Jones - 1969).
Pero Freud vuelca lo esencial de su energía en sus escritos, a los que se consagró con pasión. Expresó lo siguiente: "Esta autobiografía muestra de qué modo el psicoanálisis llegó a ocupar en mi vida todo el espacio, y presupone acertadamente que ninguna de mis experiencias personales tiene interés comparada con mis relaciones con esta ciencia". (S. Freud 1921).
"Atacar la pasión de raíz es atacar la vida de raíz". Nietzsche, "El crepúsculo de los ídolos".
Es indudable que la realización de esta obra, permitió a Freud triunfar durante varios años sobre la enfermedad y la muerte. Este trabajo creativo constituyó una en-voltura protectora; el interés que volcaba Freud en su obra podía tener un efecto inhibidor, sobre el dolor producto de su enfermedad, según su propio análisis.
A partir de 1923 padeció severas dificultades vinculadas con su cáncer pero también con el ascenso del nazismo, que amenazó su vida, la de toda su familia, y la continuidad de su obra. En Berlín fueron quemados sus libros, oportunidad en la que hizo este comentario: "¡Cuánto progresamos! En la Edad Media me hubieran quemado a mí; ahora se conforman con quemar mis libros". No le tocó saber que diez años más tarde estarían dispuestos también a quemar su cuerpo.
En la vejez de Freud do-minaron venturosas etapas de actividad creadora, entusiasmo y esperanza. Para caracterizar su vejez, citamos esta frase escrita al día siguiente de su octogésimo cumpleaños a una poeta americana: "A mi edad la vida no es fácil, pero la primavera es bella y el amor también". Podemos concluir esta nota de la siguiente manera: más que la adquisición de la serenidad, es posible en el anciano preservar cierta pasión, la cual puede ayudarlo a luchar contra la enfermedad, la angustia, el dolor y la muerte; alcanzando de este modo su envejecimiento satisfactorio.
"Podéis ver que lejos de ser pasiva e inerte, la vejez está siempre atareada, bu-llente, ocupada en actividades ligadas al pasado y a las aficiones de cada cual, e incluso ciertos viejos, lejos de repetirse, continúan estudiando cosas nuevas. Solón, por ejemplo, se jacta en sus versos de aprender todos los días algo mientras envejece. Yo hice lo que él cuando descubrí la literatura griega a edad avanzada. Me volqué a ese estudio con avidez, como si intentara aplacar una sed acuciante".

Cicerón -"Saber envejecer"
Romano -Vivió desde el año 106 al 43 a. de J. C.
Solón -Filósofo Griego, que vivió desde el 640 al 558 a. de J. C. •
Lic. Rita Abigador
Lic. Ofelia Elffman
Un vídeo

lunes, 5 de abril de 2010

TERAPIA GESTALTISTA.

Psicología Gestalt
"El todo es más que la suma de sus partes"

La Gestalt (palabra alemana que quiere decir conjunto, configuración, totalidad o "forma") es una escuela de psicología que interpreta los fenómenos como unidades organizadas, estructuradas, más que como agregados de distintos datos sensoriales. La Gestalt, que ha hecho un substancial aporte al estudio del aprendizaje, la memoria, el pensamiento y la personalidad y motivación humanas, surgió en Alemania pero se trasladó a Estados Unidos en los años treintas, cuando allá se refugiaron los psicólogos alemanes Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, y Kurt Koffka, que encontraron eco receptivo en su visión de quitarle énfasis al análisis, como detrimento de los valores humanos. La influencia de filósofos como Kant, Match y Hüsserl sobre el pensamiento de los psicólogos de la Gestalt fue considerable.

Terapia Gestalt

Yo soy yo, Tú eres Tú
Tú haces lo Tuyo, Yo hago lo Mío
Yo no vine a este mundo para vivir
De acuerdo a tus expectativas
Tú no viniste a este mundo para vivir
De acuerdo con mis expectativas
Yo hago mi vida, Tú haces la tuya
Si coincidimos, será maravilloso
Si no, no hay nada que hacer.

Fritz S. Perls (1893-1970)

La terapia Gestalt, fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial por Fritz Perls y su esposa Laura. Fritz consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable.

Perls era psicoanalista, pero ciertas discrepancias con los métodos y teorías freudianos lo llevaron a crear su propia línea terapéutica. Las fuentes de su método pueden encontrarse en Karen Horney y Wilhelm Reich, el existencialismo (Martin Buber y Paul Tillich) y la fenomenología (Edmund Hüsserl), de donde tomó las ideas de "libertad" y "responsabilidad", la de la inmediatez de la experiencia y la del papel del individuo en la búsqueda del significado de su vida.

Aplicó los principios de la psicología gestáltica al postular que las personas emocionalmente saludables organizan su campo de experiencia en necesidades bien definidas que les sirven de referencia a la hora de organizar su conducta. Las personalidades neuróticas interfieren con la conformación de la gestalt apropiada y no llega a adecuarlas con sus necesidades.

Perls, consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable. En la terapia el terapeuta anima al cliente a vivenciar sus emociones y reconocerlas por lo que son en realidad a través de la percepción ingenua y la experiencia inmediata.

Fritz tuvo una experiencia de kibutz en Israel que lo llevó a renovarse a sí mismo y así llegó a Esalen a California, donde creó la escuela y el estilo actual de la terapia Gestalt que pretende resolver los conflictos y ambigüedades que provienen de la dificultad para integrar las configuraciones de la personalidad. Su papel es lograr que el sujeto de terapia se haga consciente de sus sensaciones significativas hacia sí mismo y hacia su entorno, de suerte que pueda responder plena y razonablemente a cualquier situación. La clave es enfocarse en el "aquí y ahora", no en las experiencias del pasado, y una vez situados en el "aquí y ahora" puede enfrentar conflictos pasados o asuntos inconclusos –las llamadas gestaltes inconclusas, o cosas sin llevar realmente a término, desde funciones muy elementales a cierre de ciclos-. Tiene una particularidad esta terapia, y es que funciona mejor, pero mucho mejor en grupos.

Las bases de la Gestalt son el aquí y el ahora, lo obvio y la toma de consciencia ("darse cuenta") de lo que hacemos realmente en nuestras vidas, cómo lo hacemos y qué es lo que queremos o necesitamos en realidad (y cómo podemos conseguirlo).

La propuesta de que todo lo que percibimos es el resultado de procesos organizadores, de carácter no innato, y por tanto la realidad que nos rodea no es absolutamente determinante, nos hace dueños de la libertad de percibir infinidad de realidades alternativas alterando controladamente los principios organizadores de nuestra consciencia.

Al igual que en otras terapias humanistas, la Terapia Gestalt es un enfoque holístico de la experiencia humana, asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena realización de las potencialidades latentes, promueve la propia responsabilidad de los procesos en curso y conciencia sobre las propias necesidades y su satisfacción.

Esta terapia moviliza el pasado vivido por cada uno y establece un contacto con el presente y un intercambio favorable con el entorno. Cambia el "por qué" por el "cómo" otorgando perspectiva y orientación.

Utiliza técnicas vivenciales, el experimento y el laboratorio. Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos.

La Terapia Gestalt también puede considerar una filosofía de vida en la cual, la persona asume los valores de auto-respeto, auto- responsabilidad sobre todo lo que siente, piensa y hace; honestidad y desarrollo con los pies bien firmes en la tierra, relacionándose con los demás y con su entorno de forma abierta y madura.

PSICOTERAPIA GESTALT: CONCEPTOS, PRINCIPIOS Y TÉCNICAS

Lic. César Vásquez Olcese
UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO

INTODUCCIÓN

Gestalt es un término alemán, sin traducción directa al castellano, pero que aproximadamente significa "forma", "totalidad", "configuración". La forma o configuración de cualquier cosa está compuesta de una "figura" y un "fondo". Por ejemplo, en este momento para usted. que lee este texto, las letras constituyen la figura y los espacios en blanco forman el fondo; aunque esta situación puede invertirse y lo que es figura puede pasar a convertirse en fondo.

El fenómeno descrito, que se ubica en el plano de la percepción, también involucra a todos los aspectos de la experiencia. Es así como algunas situaciones que nos preocupan y se ubican en el momento actual en el status de figura, pueden convertirse en otros momentos, cuando el problema o la necesidad que la hizo surgir desaparecen, en situaciones poco significativas, pasando entonces al fondo. Esto ocurre especialmente cuando se logra "cerrar" o concluir una Gestalt; entonces ésta se retira de nuestra atención hacia el fondo, y de dicho fondo surge una nueva Gestalt motivada por alguna nueva necesidad. Este ciclo de abrir y cerrar Gestalts (o Gestalten, como se dice en alemán) es un proceso permanente, que se produce a lo largo de toda nuestra existencia.

El Enfoque Gestáltico (EG) es un enfoque holístico; es decir, que percibe a los objetos, y en especial a los seres vivos, como totalidades. En Gestalt decimos que "el todo es más que la suma de las partes". Todo existe y adquiere un significado al interior de un contexto específico; nada existe por sí solo, aislado.

El EG es esencialmente una forma de vivir la vida con los pies bien puestos en la tierra. No pretende encaminar al individuo por el camino de lo esotérico o de la iluminación. Es un modo de llegar a estar en este mundo en forma plena, libre y abierta; aceptando y responsabilizándonos por lo que somos, sin usar más recursos que apreciar lo obvio, lo que ES.

El EG es en sí mismo un estilo de vida; de allí que sea más adecuado denominarlo "enfoque", que es un término más amplio, en lugar de "terapia", que restringe sus posibilidades de aplicación a lo clínico.
BASES DE LA GESTALT

El EG ha recibido la influencia de las siguientes corrientes:

* El psicoanálisis de Freud, retomando y reformulando su teoría de los mecanismos de defensa y el trabajo con los sueños.
* La filosofía existencial, de la que rescata la confianza en las potencialidades inherentes al individuo, el respeto a la persona y la responsabilidad.
* La fenomenología, de la que toma su apego por lo obvio, por la experiencia inmediata y por la toma de conciencia (insight).
* La psicología de la Gestalt, con su teoría de la percepción (figura-fondo, Ley de la buena forma, etc.).
* La religiones orientales, y en especial el Budismo Zen.
* El psicodrama, de J.L. Moreno, del que adopta la idea de dramatizar las experiencias y los sueños.
* La teoría de la coraza muscular de W. Reich.
* La teoría de la Indiferencia Creativa, de Sigmund Friedlander, de la que extrae su teoría de las polaridades.

El EG no es sólo la suma o la yuxtaposición de las doctrinas y enfoques antes mencionados, sino su integración creativa, su elevación a un nuevo plano, llevada a cabo por FRITZ PERLS, creador del Enfoque Gestáltico.
EL DARSE CUENTA (Awareness)

Este es el concepto clave sobre el que se asienta el EG. En pocas palabras darse cuenta es entrar en contacto, natural, espontáneo, en el aquí y ahora, con lo que uno es, siente y percibe. Es un concepto semejante en algo al de insight, aunque es más amplio; una especie de cadena organizada de insights.

Existen tres Zonas del Darse Cuenta:

1. El darse cuenta del mundo exterior: Esto es, contacto sensorial con objetos y eventos que se encuentran fuera de uno en el presente; lo que en este momento veo, toco, palpo, degusto o huelo. Es lo obvio, lo que se presenta de por sí ante nosotros. En este momento veo mi lapicero deslizándose sobre el papel formando una palabra, escucho el ruido de los carros pasando por la avenida, huelo el perfume de una joven que pasa por mi lado, siento el sabor de una fruta en mi boca.
2. El darse cuenta del mundo interior: Es el contacto sensorial actual con eventos internos, con lo que ocurre sobre y debajo de nuestra piel. Tensiones musculares, movimientos, sensaciones molestas, escozores, temblores, sudoración, respiración, etc. En este momento siento la presión de mi dedo índice, mayor y pulgar sobre mi lapicero al escribir; siento que deposito el peso de mi cuerpo sobre mi codo izquierdo; siento mi corazón late, que mi respiración se agita, etc.
3. El darse cuenta de la fantasía, la Zona Intermedia (ZIM): Esto incluye toda la actividad mental que transcurre más allá del presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar, planificar, recordar el pasado, anticiparse al futuro, etc. En este momento me pregunto qué haré mañana en la mañana, ¿será algo útil, bueno?. En Gestalt todo esto es irrealidad, fantasía. Aún no es el día de mañana, y no puedo saber y decir NADA acerca de ello. Todo está en mi imaginación; es pura y simple especulación, y lo más saludable es asumirlo como tal.

EL AQUI Y EL AHORA

Es realmente difícil aceptar que todo existe en el presente momentáneo. El pasado existe e importa tan sólo como parte de la realidad presente; cosas y recuerdos acerca de los cuales pienso ahora como pertenecientes al pasado. La idea del pasado es útil algunas veces, pero al mismo tiempo no debo perder de vista eso, que es una idea, una fantasía que tengo ahora. Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque algunas veces de utilidad, cuando lo asumimos como un ensayo y sólo como eso. Tanto nuestra idea del futuro como nuestra concepción del pasado se basa en nuestra comprensión del presente. El pasado y el futuro son nuestras concepciones acerca de lo que precedió al momento presente y lo que presagiamos que seguirá a lo actual. Y todo este adivinar ocurre AHORA.

El ahora es el presente, aquello de lo que me doy cuenta. Ya sea que estemos recordando o anticipando, lo estamos haciendo ahora. El pasado ya fue, el futuro aún no llega. Es imposible que nada exista excepto el presente. Mencionó el ejemplo que alguien medio una vez: si coloco un disco en el fonógrafo, el sonido aparece cuando el disco y la aguja hacen contacto. No antes...ni después. Si pudiéramos borrar el pasado inmediato o la anticipación de lo que vendrá de inmediato, nos sería difícil entender la música del disco que estamos escuchando. Pero si borramos el ahora, entonces no hay nada. De modo que no importa si estamos recordando o anticipando, de todas maneras lo hacemos en el aquí y ahora.
CAMBIAMOS EL "POR QUE" POR EL "COMO"

Al preguntar por qué lo único que se consigue es alguna racionalización o "explicación". El por qué acarrea una explicación ingeniosa, jamás un entendimiento cabal. Además, nos aleja del aquí y ahora y nos introduce en el mundo de la fantasía; nos saca de lo obvio para teorizar.

Perls consideraba que las palabras, cuando se utilizan para "explicar" y alejarse de lo evidente o de la realidad, son más una carga que algo útil. El las comparaba con el excremento.

En el EG distinguimos tres tipos de "blá, blá, blá": Caca de Gallina, que vienen a ser los comentarios superficiales, los clisés (buenos días, qué gusto de verlo, qué lindo día, etc.); Caca de Toro, esto es, "por qué", racionalizaciones, excusas, conversación amena pero inauténtica, etc.; y Caca de Elefante, cuando "filosofamos", hablamos de "la vida", teorizamos sobre el Enfoque Gestáltico sin vivirlo, explicamos el por qué de la sociedad y el mundo, etc.

El por qué sólo nos conduce a interminables y estériles investigaciones de la causa de la causa de la causa de la causa.

Si se hacen la pregunta por el cómo, estamos mirando la estructura, estamos viendo lo que ocurre, lo obvio; preocupándose por un entendimiento más profundo del proceso. El cómo nos da perspectiva, orientación. El cómo nos muestra que una de las leyes básicas, la de la identidad de estructura y función, es válida. Si cambiamos las estructura, la función cambia. Si cambiamos la función, la estructura cambia.

Los pilares sobre los que se apoya el EG son: el aquí y ahora y el cómo. Su esencia está en la comprensión de estas dos palabras. Vivir en el ahora tratando de darnos cuenta cómo lo hacemos.
“REGLAS” DE LA GESTALT

El objetivo principal de la Terapia Gestáltica es lograr que las personas se desenmascaren frente a los demás, y para conseguirlo tienen que arriesgarse a compartir sobre sí mismos; que experimenten lo presente, tanto en la fantasía como en la realidad, en base a actividades y experimentos vivenciales. El trabajo se especializa en explorar el territorio afectivo más que el de las intelectualizaciones (ZIM). Se pretende que los participantes tomen conciencia de su cuerpo y de cada uno de sus sentidos.

La filosofía implícita en las reglas es proporcionarnos medios eficaces para unificar pensamiento y sentimiento. Tienen por designio ayudarnos a sacar a luz las resistencias, a promover una mayor toma de conciencia, a facilitar el proceso de maduración. Se busca también ejercitar la responsabilidad individual, la "semántica de la responsabilidad".

Algunas de estas reglas pueden ser aplicadas como pautas para la terapia individual; sin embargo, su empleo principal se da en la terapia de grupo, en los grupos de encuentro.

Las principales reglas son las siguientes:

1. El principio del ahora: Este es uno de los principios más vigorosos y más fecundos de la TG. Con el fin de fomentar la conciencia del ahora, y facilitar así el darse cuenta, sugerimos a la gente que comunique sus experiencias en tiempo presente. La forma más efectiva de reintegrar a la personalidad las experiencias pasadas es traerlas al presente, actualizarlas. Hacer que el sujeto se sitúe allí en fantasía y que haga de cuenta que lo pasado está ocurriendo ahora. Para ello hacemos preguntas como las siguientes: ¿De qué tienes conciencia en este momento? ¿De qué te das cuenta ahora? ¿A qué le tienes miedo ahora? ¿Qué estás evitando actualmente? ¿Cómo te sientes en este momento? ¿Qué deseas?
2. La relación Yo-Tú: Con este principio procuramos expresar la idea de que la verdadera comunicación incluye tanto al receptor como al emisor. Al preguntar ¿A quién le estás diciendo eso? se le obliga al sujeto a enfrentar su renuencia a enviar el mensaje directamente al receptor, al otro. De este modo suele solicitársele al paciente que mencione el nombre de la otra persona; que le haga preguntas directas ante cualquier duda o curiosidad; que le exprese su estado de ánimo o sus desacuerdo, etc. Se busca que tome conciencia de la diferencia que hay entre "hablarle a" su interlocutor y "hablar" delante de él. ¿En qué medida estás evitando tocarlo con tus palabras? ¿Cómo esta evitación fóbica para el contacto se expresa en tus gestos, en el tono de tu voz, en el rehuir su mirada?
3. Asumir la propiedad del lenguaje y la conducta, o sea, responsabilizarse de lo que se dice y/o se hace. Esto se vincula directamente con el lenguaje personal e impersonal. Es común que para referirnos a nuestro cuerpo, a nuestras acciones o emociones, utilicemos la 2º ó 3º persona. "Me causas pena" en lugar de "Yo siento pena"; "Mi cuerpo está tenso" en lugar de "Yo estoy tenso", etc. Merced al simple recurso de convertir el lenguaje impersonal en personal aprendemos a identificar mejor la conducta y a asumir la responsabilidad por ella. Como consecuencia, es más probable que el individuo se vea más como un ser activo, que "hace cosas", en lugar de creerse un sujeto pasivo, al que "le suceden cosas". Las implicancias para la salud mental y para dejar atrás nuestras “neurosis” son obvias.
4. En Gestalt está prohibido decir "no puedo"; en su lugar se debe decir "no quiero", esto es, ser asertivo. Ello debido a que muchas veces el sujeto se niega a actuar, a experimentar, a entrar en contacto, descalificándose antes de intentarlo siquiera. No se puede obligar a la persona a hacer algo que no desea, pero sí se le puede exigir responsabilidad, a asumir las consecuencias de su decisión evasiva, para lo cual un honesto "no quiero" es lo más adecuado. Del mismo modo, también deben evitarse o hacer que el paciente se de cuenta de sus "peros", "por qués", "no sé", etc. Hay que recordar que en el ser humano el lenguaje es uno de los medios de evitación por excelencia: se puede hablar de todo y no entrar en contacto con nada, poner entre nosotros y la realidad una muralla de palabras.
5. El continuum del darse cuenta: El dejar libre paso a las experiencias presentes, sin juzgarlas ni criticarlas, es algo imprescindible para integrar las diversas partes de la personalidad. No buscar grandes descubrimientos en uno mismo, no "empujar el río", sino dejarlo fluir solo, libremente.
6. No murmurar: Toda comunicación, incluso las que se supone son "privadas" o que "no interesan al grupo", debe ventilarse abiertamente en él o en su defecto evitarse. Las murmuraciones, los cuchicheos sobre los demás, las risitas cómplices, son evitaciones, formas de rehuir el contacto, además de faltar el respeto al grupo e ir contra su cohesión al establecer temas "que no le competen" en su presencia. Esta regla tiene por fin el promover sentimientos e impedir la evitación de sentimientos.
7. Traducir las preguntas en afirmaciones; salvo cuando se trata de datos muy concretos. Preguntas como "¿Puedo ir al baño? ¿Me puedo cambiar de sitio? ¿Me puedo ir?", etc., deben ser traducidas como "Quiero ir al baño; Me quiero cambiar de sitio; Me quiero ir". Así, el preguntón asume su responsabilidad y las consecuencias de lo que afirma, en lugar de adoptar una postura pasiva y de proyectar su responsabilidad en el otro, a fin de que él le dé la autorización.
8. Prestar atención al modo en que se atiende a los demás. ¿A quién le prestamos atención? ¿A quién ignoramos?, etc.
9. No interpretar ni buscar "la causa real" de lo que el otro dice. Simplemente escuchar y darse cuenta de lo que uno siente en función a dicho contacto.
10. Prestar atención a la propia experiencia física, así como a los cambios de postura y gesto de los demás. Compartir con el otro lo que se observa, lo obvio, mediante la fórmula de "ahora me doy cuenta de ..."
11. Aceptar el experimento de turno; correr riesgos al participar en la discusión.
12. Considerar, aunque no se haga explícito, que todo lo dicho y vivido en el grupo es estrictamente confidencial.

EL CICLO DE LA EXPERIENCIA

Para la TG, el llamado ciclo de la experiencia es el núcleo básico de la vida humana, dado que ésta no es más que la sucesión interminable de ciclos. También se le conoce como el "Ciclo de la autorregulación organísmica", pues se considera que el organismo sabe lo que le conviene y tiende a regularse por sí mismo.

La conceptualización de este ciclo pretende reproducir cómo los sujetos establecen contacto con su entorno y consigo mismos. Explica también el proceso de formación figura/fondo: cómo surgen las figuras de entre el fondo difuso, y cómo una vez satisfecha la necesidad dicha figura vuelve a desaparecer.

El ciclo de la experiencia se inicia cuando el organismo, estando en reposo, siente emerger en sí alguna necesidad; el sujeto toma conciencia de ella e identifica en su espacio algún elemento u objeto que la satisface, vale decir, que dicho elemento se convierte en figura, destacando sobre los demás que son el fondo. Acto seguido, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el objeto deseado hasta que entra en contacto con él, satisface la necesidad y vuelve a entrar en reposo nuevamente.

En el esquema clásico del ciclo se identifican seis etapas sucesivas: 1) Reposo; 2) Sensación; 3) Darse cuenta o formación de figura; 4) Energetización; 5) Acción ; y 6) Contacto.

En el reposo o retraimiento el sujeto ya ha resuelto una Gestalt o necesidad anterior, y se encuentra en un estado de equilibrio, sin ninguna necesidad apremiante. Su extremo patológico puede ser el autismo.

En la sensación el sujeto es sacado de su reposo porque siente "algo" difuso, que todavía no puede definir. Como por ejemplo, puede sentir movimientos peristálticos o sonidos en su estómago, o sino cierta intranquilidad.

En el darse cuenta, la sensación se identifica como una necesidad específica (en los ejemplos anteriores, como hambre o como preocupación, respectivamente) y se identifica también aquello que la satisface: se delimita cierta porción de la realidad que adquiere un sentido vital muy importante para el sujeto, es decir, se forma una figura.

En la fase de energetización el sujeto reúne la fuerza o concentración necesaria para llevar a cabo lo que la necesidad le demanda.

En la acción, fase más importante de todo el ciclo, el individuo moviliza su cuerpo para satisfacer su necesidad, concentra su energía en sus músculos y huesos y se encamina activamente al logro de lo desea.

En la etapa final, el contacto, se produce la conjunción del sujeto con el objeto de la necesidad; y, en consecuencia, se satisface la misma. La etapa culmina cuando el sujeto se siente satisfecho, puede despedirse de este ciclo y comenzar otro. Así ad infinitum.

Entre los diversos eslabones que conforman el ciclo se pueden formar o autointerrupciones, dando lugar a diversos tipos de patologías. Allí también actúan los mecanismos de defensa.

En términos generales, se puede decir que el ciclo de la experiencia, dado en un contaxto específico y significativo, constituye en sí misma una Gestalt. Un ciclo interrumpido es una Gestalt inconclusa; un ente que parasitará al organismo consumiendo su energía hasta verse satisfecho.
LOS ESTRATOS DEL YO

De acuerdo a Fritz Perls, en el Yo de todo ser humano existen seis capas que recubren, a manera de una cebolla, al Ser auténtico de las personas. Estas capas o estratos del Self, como también se les conoce, son las siguientes: 1) E. Falso; 2) E. del como sí; 3)E. Fóbico; 4) E. Implosivo o del Atolladero; 5) E. Explosivo; y 6) El Self verdadero.

En el estrato Falso se encuentra nuestra "fachada", lo que colocamos en nuestra vitrina de nosotros mismos y dejamos ver a los demás. Luego viene el estrato del “como sí”; allí están los roles, los juegos que empleamos para manipular a los demás, el actuar "como sí" fuéramos esto o aquello. Es nuestro carácter o forma habitual y rígida de actuar.

Si en el proceso terapéutico atravesamos el estrato Falso y el del “como sí” llegaremos al estrato Fóbico. Allí se encuentran todos nuestros temores y todas nuestras inseguridades frente a nosotros mismos; nuestros secretos mejor guardados y nuestras heridas narcisísticas; la pena, el dolor, la tristeza o la desesperación; aquello que no queremos ver ni tocar de nuestra personalidad y menos aún descubrir frente a los demás.

Si logramos pasar lo fóbico sentiremos una sensación de vacío, de inamovilidad, de falta de energía, de muerte. Hemos llegado al estrato del Atolladero, donde nos sentimos "atorados", sin salida. Sin embargo, detrás se encuentra el estrato Implosivo, donde se hallan todas nuestras energías sin usar, nuestra vitalidad "congelada" o dirigida hacia nosotros mismos para mantener nuestras defensas.

Finalmente, detrás de lo implosivo se encuentra el estrato Explosivo, donde las fuerzas estancadas se disparan hacia afuera en un arranque de autenticidad, dando paso al Yo verdadero que permanece oculto. Existen básicamente cuatro tipos de explosión: gozo, aflicción, orgasmo y coraje.

En base a lo anterior, podemos imaginarnos a una persona X, que al comenzar la terapia se mostrará superficial, formal o convencional (buenos días, qué calor hace, qué gusto de verlo, blá, blá, blá: las Cacas de las que hablaba Perls). Detrás de ello hallaremos sus temores, sus "traumas", sus evitaciones, que es necesario confrontar. Lo meteremos así en un atolladero temporal, en donde él se vivenciará sin fuerzas, casi muerto. Sin embargo, si confía en su organismo y le da libertad éste le mostrará sus fuerzas sin utilizar, que emergerán libremente como figuras al despejarse el campo de evitaciones, su verdadero potencial, y experimentará una verdadera explosión de alegría, placer, ira o pena (todas ellas positivas, terapéuticas y necesarias) que darán paso al verdadero ser humano que hay detrás del sujeto X.

Esto debe hacerse repetidas veces, a cada momento de la terapia, hasta que el sujeto se conozca lo suficiente y puede realizar el proceso por sí mismo.

Una persona madura es capaz de experienciar y sostener todo tipo de experiencias emocionales en el "aquí y ahora"; además, utiliza sus propios recursos (autosoporte) en lugar de manipular a los demás y al ambiente para conseguir apoyo.

En síntesis, la TG persigue:

* Vivir en el ahora.
* Vivir en el aquí.
* Dejar de imaginar y fantasear en exceso sustituyendo al contacto real.
* Dejar de pensar innecesariamente sustituyendo a la acción.
* Dejar de aparentar o jugar al "como sí".
* Expresarse o comunicar.
* Sentir las cosas desagradables y el dolor.
* No aceptar ningún "debería", más que los propios, impuestos por uno mismo en base a nuestras necesidades y experiencias.
* Tomar completa responsabilidad de las acciones, sentimientos, emociones y pensamientos propios.
* Sea lo que Ud. es... sin importar lo que Ud. sea.

viernes, 2 de abril de 2010

2º trimestre- Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD

El trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva (conocido como OCD de la personalidad) se trata de un trastorno de la personalidad caracterizado por:

· Falta de decisión, dudas y precauciones excesivas, que reflejan una profunda inseguridad personal.

· Preocupación excesiva por detalles, reglas, listas, orden, organización y horarios.

· Perfeccionismo, que interfiere con la actividad práctica.

· Rectitud y escrupulosidad excesivas junto con preocupación injustificada por el rendimiento, hasta el extremo de renunciar a actividades placenteras y a relaciones personales.

· Pedantería y convencionalismo con una capacidad limitada para expresar emociones.

· Rigidez y obstinación.

· Insistencia poco razonable en que los demás se sometan a la propia rutina y resistencia también poco razonable a dejar a los demás hacer lo que tienen que hacer.

· La irrupción no deseada e insistente de pensamientos o impulsos.

Es importante señalar que el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad no es equivalente al trastorno obsesivo-compulsivo de ansiedad. El OCD de la personalidad está arraigado en los rasgos de la personalidad, por lo cual el individuo se manifiesta en extremo inflexible y desarrolla ideas muy rígidas.

Por lo general, el diagnóstico suele darse de manera fácil durante la primera entrevista clínica, pues los síntomas o características suelen ser muy evidentes.

El OCD de la personalidad puede ser tratado con fármacos, los cuales trabajan regulando ciertos neurotransmisores en el cerebro; sin embargo, el método de tratamiento que más éxito tiene es el combinado, en donde se trata al paciente con fármacos a la vez que se le ayuda con psicoterapia.




Julio José Carmona Garzón

2º Bachillerato B

2º trimestre- Teoría de la personalidad en el psicoanálisis



Según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen su origen en conflictos inconscientes que, aunque ajenos por completo al consciente del analizado, pugnan por emerger a la conciencia. El resultado entre la represión y la fuerza emergente del material reprimido provoca el síntoma histérico o neurótico.

El objetivo de la terapia es vencer las resistencias para que el analizado acceda a las motivaciones inconscientes de sus sentimientos, actitud o conducta.

La «regla fundamental» de la técnica psicoanalítica es la asociación libre. El analista introduce al paciente en la técnica solicitándole que le comunique todos los pensamientos, ocurrencias, ideas o imágenes que se le pasen por la mente, independientemente de que estos le parezcan absurdos, irrelevantes o comprometedores, sin criticarlos o seleccionarlo.

El analista por su parte, también debe respetar reglas, particularmente las tres siguientes:

  • El analista debe escuchar y no hacer caso de si el paciente se fija en algo.
  • El analista debe mantener una actitud neutral: no dirigir la cura en función de un ideal religioso, moral o social, no juzgar y no aconsejar. La posición debe ser igualmente neutral frente a las manifestaciones transferenciales y frente al discurso.
  • El analista no puede satisface las demandas del paciente ni desempeñar los papeles que éste tiende a imponerle. El sentido de este principio es que la cura debe transcurrir de tal forma que el analizado no se sirva de ella para obtener satisfacciones sustitutivas de sus síntomas.
  • En cuanto a la interpretación, su función no es propuesta como un enunciado que refiera el material que ofrece el caso a una teoría sistematizada o no, que incluya la experiencia propia del analista y el consenso de la comunidad analítica, sino algo que se acercaría mucho más a un desciframiento.



2- PUNTO DE VISTA TOPOGRÁFICO: SISTEMA CONSCIENTE, SISTEMA PRECONSCIENTE Y SISTEMA INCONSCIENTE

  • SISTEMA CONSCIENTE: Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana. Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que el sujeto puede dar cuenta mediante un acto de percepción interna. Es común indicar que para el psicoanálisis lo consciente designa la capa más superficial de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el inconsciente en la vida del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento y la motivación. Freud utiliza a menudo el término consciente como sinónimo de conciencia, salvo cuando se trata de la "conciencia moral". En el consciente también es donde nacen las ideas que pueden ser reprimidas por el superyó y son mandadas al inconsciente.
  • SISTEMA PRECONSCIENTE: Preconsciente es un concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico que en conjunto con otros dos sistemas (inconsciente y consciente) conforman su primer modelo topográfico de la psique. Los contenidos inconscientes pueden pasar al sistema preconsciente sólo si logran salvar la barrera estricta de la censura existente en el deslinde entre ambos sistemas. Ello sólo puede ocurrir a través de transformaciones y disfraces del material inconsciente. En la frontera entre el preconsciente y el sistema consciente existiría también una frontera de acuerdo a la teoría de Freud, pero ella sería más fácilmente franqueable. Las transformaciones que sufre el material inconsciente constituyen el simbolismo de los sueños y de otras formaciones del inconsciente, cuya significación puede ser dilucidada y explicada a través de la interpretación analítica. Freud definió los tres sistemas mencionados dentro de los marcos de su primera tópica. Aquí se describe el preconsciente como un área en la que se encuentran contenidos que si bien no son idénticos a los que están directamente en el campo de la consciencia, el sistema consciente, de acuerdo con determinadas reglas, puede acceder a ellos. En la obra freudiana posterior consistente en la descripción de un modelo compuesto por tres instancias psíquicas (Ello, Yo y Superyo), el concepto de preconsciente pasa a ser utilizado más bien de manera adjetiva (calificando procesos) y menos tópica (referida a un lugar en el que ocurren). “Preconsciente” pasa entonces a designar a aquellos procesos psíquicos, eventos, operaciones y contenidos que escapan a la consciencia presente y que estando en lo esencial amarrados al yo, pertenecen a sus partes inconsientes, sin ser propiamente parte del sistema inconsciente.
  • SISTEMA INCONSCIENTE: Para Sigmund Freud el inconsciente ya no es una "supraconsciencia" o un "subconsciente", situado sobre o más allá de la consciencia; se convierte realmente en una instancia a la cual la conciencia no tiene acceso, pero que se le revela en una serie de formaciones como los sueños, los lapsus, los chistes, los juegos de palabras, los actos fallidos y en los síntomas. El inconsciente, según Freud, tiene la particularidad de ser a la vez interno al sujeto (y a su consciencia) y exterior a toda forma de dominio por el pensamiento consciente.Freud define el inconsciente de una manera completamente original que ya no es simplemente lo opuesto al consciente. El inconsciente freudiano es una noción tópica y dinámica; es un sistema psíquico que tiene contenidos y que posee mecanismos que se pueden describir como específicamente inconscientes; es un sistema que se rige por leyes y posee una economía de energía que le son propias. La observación de la vida normal de vigilia parecía validar esa concepción clásica del inconsciente. Pero el análisis de las formaciones psicopatológicas de la vida cotidiana y del sueño había hecho aparecer al inconsciente como "una función de dos sistemas muy distintos". En adelante, junto al consciente había que concebir dos tipos de inconsciente, ambos inconscientes en el sentido descriptivo, pero muy distintos en cuanto a su dinámica y al devenir de sus contenidos: los del inconsciente propiamente dicho no podían llegar nunca a la conciencia, mientras que los contenidos del otro, denominado por tal razón preconsciente, alcanzaban la conciencia en ciertas condiciones, sobre todo después de pasar el control de una forma de censura. Dentro de la primera teoría de Freud acerca de la constitución del aparato psíquico, el inconsciente designa uno de los tres sistemas psíquicos que conforman el psiquismo (los otros dos son el conciente y el preconciente). El sistema inconsciente está constituido en gran parte por contenidos reprimidos a los que se les ha impedido el acceso a la conciencia por obra del mecanismo de la represión. El contenido del inconsciente son los "representantes psíquicos" de las pulsiones. Estos representantes buscan permanentemente abrirse paso hacia la conciencia. La única manera en que logran acceder al sistema preconsciente y a la consciencia es a través de formaciones de compromiso, procurando el máximo de satisfacción pulsional, pero logrando burlar la censura.


3- PUNTO DE VISTA ESTRUCTURAL: YO, ELLO Y SUPERYÓ

  • El Yo (principio de realidad) tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El Yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
  • El Ello (principio de placer) es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Las dos pulsiones primarias del Ello son Eros (tiene a la reunión, integración, fusión, conservación y creación de nuevas ideas. Es la pulsión de vida.) y Thanatos (su finalidad es la destrucción, desintegración y el aniquilamiento. Es la pulsión de muerte). La conquista del Ello, para Freud, es facilitada por el psicoanálisis a través del método de la asociación libre.
  • El Superyó (principio normativo) es la parte que contrarresta al ello. Representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la conciencia moral y el ideal del yo. La conciencia moral se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas. El Superyó en la enseñanza clásica freudiana es una instancia que no está presente desde el principio de la vida del sujeto, sino que surge a consecuencia de la internalización de la figura del padre como un resultado de la resolución el complejo de Edipo.

4- MECANISMOS DE DEFENSA

Los mecanismos de defensa en la teoría psicoanalítica tienen la función de evitar la censura del superyó, instancia psíquica estructurada a partir de la resolución del Complejo de Edipo. En la concepción de Freud, los impulsos (más correctamente, pulsiones) no pueden ser descartados, sino sólo reprimidos en el inconsciente. Las pulsiones tienden, de forma invariable, a su descarga, de modo tal que, si a una representación de la pulsión le es denegada su expresión consciente, se enmascara por medio de la distorsión simbólica. Las diversas formas en que se presenta esta distorsión simbólica se conocen como mecanismos de defensa.

La angustia juega un papel esencial en la producción de la defensa dentro de la teoría freudiana. Es una señal de alerta al yo, que es la instancia intrapsíquica que produce los diversos mecanismos de defensa y de adaptación.

Los mecanismos de defensa principales son:

  • La represión. Consiste en rechazar y mantener alejados de la consciencia determinados elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo. Estos pensamientos o ideas tienen para Freud un contenido sexual.
  • La condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen en un mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de vivencias siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen durante el análisis por medio de la asociación libre.
  • El desplazamiento. consiste en que la intensidad, la importancia y la cantidad de afecto de algunas ideas se desplaza hacia otras de manera que puede mostrar como importante algún elemento que en realidad es superfluo y, por el contrario, mostrar como imprecisos y sin importancia elementos importantes que por lo general corresponden a recuerdos de la infancia. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el sentido latente del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento.
Otros mecanismos de defensa: disociación, formación reactiva, negación, proyección, racionalización, represión, regresión, actuación o paso al acto (acting out), altruismo, sublimación y supresión.



5- EL DESARROLLO LIBIDINAL

El psicoanálisis emplea el término de pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio del comportamiento humano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello.

La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es precisamente la supresión de dicha tensión. Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos).


Para el psicoanálisis el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera

como sexualidad. La líbido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos o bien se dirija al propio Yo.

Freud distinguió a partir de 1915 diversos momentos y "dimensiones" de una pulsión:

  • La fuente que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte de impulso (en alemán, Drang).
  • El Drang mismo, es decir la tensión interior que se traduciría en Trieb (pulsión).

6- DESARROLLO SEXUAL INFANTIL

La teoría plantea que conforme crecen los niños su deseo se enfoca en diferentes áreas del cuerpo, en los que se busca la satisfacción libidinal.

  • Etapa oral (desde el nacimiento hasta los 12 o 18 meses): La boca es la zona erógena preeminente y procura al bebé no sólo la satisfacción de alimentarse, sino sobre todo el placer de chupar.
  • Etapa anal (12-18 meses hasta 3 años): en esta época la fuente principal de placer y conflicto potencial son las actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria en voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer ya sea al retener o al expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico de defecar, aliviando una necesidad corporal, del placer sexual consistente en retener las heces y los gases para después expulsarlos bruscamente.
  • Etapa fálica (3 a 6 años): el órgano sexual masculino desempeña un papel dominante. En esta fase las caricias masturbatorias y los tocamientos ritmados de las partes genitales proveen al niño un placer auto erótico. Freud considera que el clítoris es considerado por la niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase fálica los niños y las niñas creen que todas las personas poseen falo y la diferencia entre tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno toma rumbo diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo o complejo de Edipo en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a identificarse con su padre. La niña abandona a la madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre. La homosexualidad es definida como una parafilia causada por una interrupción del desarrollo libidinal en esta etapa. Para Freud se produce por una fijación en una etapa temprana del desarrollo psicosexual o una resolución incorrecta del complejo de Edipo. Esta interrupción no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad). Un conflicto de homosexualidad inconsciente puede ser un núcleo constituyente de esquizofrenia o paranoia. Más adelante Freud describe el narcisismo como un componente común a la homosexualidad, la esquizofrenia y las perversiones. Sin embargo, Freud llegaría a reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su conocida Carta a una madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad "no es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad". Señaló que perseguir la homosexualidad era una "gran injusticia y una crueldad", y que el análisis a lo sumo serviría para devolver la armonía a una persona si se sentía infeliz o neurótica, independientemente de si era homosexual o no.
  • Período de latencia (desde los 6 años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura. Freud le llamaba período de calma sexual. No lo consideraba una etapa, ya que no surgía nada dramáticamente nuevo.
  • Etapa genital (desde la pubertad hasta la adultez): surge en la adolescencia cuando maduran los órganos genitales. Hay un surgimiento de los deseos sexuales y agresivos. El impulso sexual, el cual antes era autoerótico, se busca satisfacer a partir de una interacción genuina con los demás.
Julio José Carmona Garzón
2º Bachillerato B